"Lo que me ha dado más satisfacciones y más me ha divertido, ha sido la práctica de este deporte de la “paleta”.
SER PELOTARI
El Capitán de Pelota, nuestro amigo Marcos Piñeiro, me solicitó si podía escribir para la página web del Club, “que significaba para mí, ser un pelotari”. Realmente me sorprendió, ya que en mis largos años desde que me iniciara en esta actividad, en el año 1951, jamás se me ocurrió pensar su significado. Debo decir que, comenzando a esbozar alguna idea, no se si realmente podré definir en esta breve exposición, su verdadera acepción. Podría decir que, a esta altura de mi vida, ser jugador de pelota a paleta es un verdadero sentimiento emocional.
Dicho esto, quisiera referirme, a lo que significa este deporte y sus distintas especialidades, en las que la Argentina ha tenido, a lo largo de su historia, verdaderos ases a nivel mundial.
En mis 66 años de socio, como cadete, activo y vitalicio de este Club, he practicado básquetbol, futbol, rugby, natación, entre otros deportes, los que me han llenado mi vida, no sólo por el juego en sí, sino por la enorme cantidad de amigos que he logrado tener a lo largo de toda mi actividad deportiva e institucional.
Pero lo que me ha dado más satisfacciones y más me ha divertido, ha sido la práctica de este deporte de la “paleta”. No puedo dejar de recordar en esta instancia la existencia de los llamados turnos. El nuestro era el de los miércoles después de las 21 hs. Durante muchísimos años nos reuníamos alrededor de 9 o 10 socios que juagábamos disputados partidos, y luego, cerca de la una de la madrugada, comíamos en el comedor y terminábamos alrededor de las 3 de la mañana, luego de la tradicional partida de truco, . Desde luego López y Carlini, encargados del vestuario recibían propinas importantes, que habíamos consensuado todos los participantes. Fue algo irrepetible.
Este juego permite pelotear sólo, o jugar partidos mano a mano, o entre dos parejas y hasta un trío contra una pareja. Mi larga actividad me ha permitido jugar con cientos de jugadores, y observar a cada uno con distintas características: los más grandes deportivamente, que tienen todas las virtudes; otros muy cerebrales, otros formidables pegadores, los que optan por jugar mucho a buena, otros que arriesgan, ya sea tirando las 2 paredes, el tambour o la cortada, e inclusive muchas veces sacando la pelota de la cancha. En estas últimas épocas, se ha agregado el pegar con distintos efectos, que le ha dado un cambio especial a este juego.
Por otra parte, la posibilidad de manearse, de distintas maneras, permite la realización de partidos entre grandes jugadores y otros que no tienen demasiadas cualidades, lo que implica de alguna manera, que estos últimos, vayan aprendiendo y mejorando su juego, circunstancia que generalmente nos ha pasado a todos.
Me resulta grato señalar esta circunstancia, que demuestra la generosidad del jugador de pelota, que acompaña a aquellos que comienzan con la actividad y al mismo tiempo debo resaltar que salvo muy pocas excepciones, siempre el espíritu del juego, determina –dado que los partidos se juegan en su inmensa mayoría sin árbitro- que ante la duda si una pelota fue buena ó mala, todos coincidimos en que se juega de nuevo el tanto.
Tal vez esta descripción que he hecho sea un poco light, y seguramente muchos de los aficionados y profesionales que lo practican pueden tener una visión distinta de la que he expresado.
Como conclusión, y tratando de dar respuesta a nuestro capitán, concluyo que todos los jugadores, que han hecho de este deporte una verdadera pasión - casi una obsesión - merecen ser llamados verdaderos Pelotaris.
A todos mi afectuoso saludo
Juan Manuel Lissarrague.
En la foto:
Juan Carlos Puente Iturralde: 84 años.
Alejandro Echavarría: 66 años
Roberto Srpinger: 94 años
Juan Manuel Lizarrague: 79 años
Joaquin Ledesma: 80 años