Después del intervalo obligado por la pandemia en 2021, este año se pudieron realizar las 11° olimpíadas de la “era moderna”, en las que triunfó el equipo Violeta
El verano comenzó complicado para el grupo de organizadores de las Olimpíadas. Después de un 2021 en el que no pudieron desarrollarse por las restricciones impuestas por la pandemia, las presiones que sufrieron por parte de familiares, amigos y otros socios para la realización del evento más esperado del año fueron incesantes. Se evaluó la situación epidemiológica y las posibilidades reales de cumplir con los protocolos correspondientes y, finalmente, a principios de febrero se hizo la convocatoria.
Hubo gran repercusión tanto en las redes como en las inscripciones realizadas. Este año participaron 250 chicos distribuidos en 8 equipos, con la coordinación de 35 capitanes (casi todos ellos participantes en su momento). La publicación de los equipos, como siempre, es un hito que marca quiénes van a ser los compañeros durante el fin de semana y eso generó, como en año anteriores, gran presencia de los participantes frente a las carteleras de la sede cuando aún no habían sido convocados por sus capitanes.
El pronóstico del tiempo este año no fue muy benevolente. Hasta último momento los organzadores estuvieron especulando con la suspensión del inicio del día sábado, lo que por suerte no ocurrió. La estructura de la competencia no varió mucho de la de años anteriores, con las rondas clasificatorias de pañuelito y fútbol el sábado por la mañana, mientras que por la tarde fue el momento de las diferentes postas combinadas, el revuelto gramajo y Bob Esponja. Sin perjuicio de todo lo que se pudo disputar, algunas de las pruebas de la tarde se realizaron bajo una persistente llovizna que no amilanó a nadie ya que todos quisieron seguir representando a sus equipos.
Pero el diluvio pronosticado para la noche del sábado 26 se hizo realidad y duró durante todo el domingo, lo que generó un corrimiento de las pruebas para el día lunes. Ese día se disputaron las finales de fútbol y pañuelito para cerrar la mañana en la pileta con el buceo de cucharitas y CDs, las postas y la posta neumático. Este año el ingreso a la pileta estuvo muy ordenado y todos los olímpicos cumplieron con el pedido de no pintarse para no ensuciar el agua. Luego de la pileta se dió lugar al receso del almuerzo y la evaluación de lo donado en la Prueba Solidaria. La tarde tuvo la disputa del clásico juego de mancha por tiempo, pañuelito de capitanes y el cierre con la cinchada.
En la entrega de premios, antes que nada, se hizo referencia a todos los que hacen posible las olimpíadas: empleados del Club, organizadores, voluntarios, participantes y capitanes. Luego fue el momento de la premiación al equipo más solidario, que resultó ser el equipo Naranja. Además de la premiación la Fundación del Club brindó una explicación de los programas que se desarrollan y la manera en que se va a utilizar lo recibido. Posteriormente se entregó una distinción a la caballerosidad deportiva a Patricio Gaete del equipo Amarillo. Antes del anuncio del campeón fueron invitados a recibir su distinción Amparo Aladro del equipo Amarillo y Dimas Edelstein del equipo Negro como mejores deportistas.
Se develó la incógnita cuando se anunció que el ganador fue el equipo Violeta y en segundo lugar el equipo Naranja. El equipo campeón estuvo integrado por María Candelaria Boccacci, Morena Parborell, Jacinta María Edelstein, Felicitas Etchepareborda, Ana Agote, Guadalupe Herrera Paz, Milagros Morando, Candelaria Rossiter Gaete, Pilar Andrea Zabala, Emilia Menegazzo Cané, Martina Perino, Inés Trincavelli, Claire Barrere, Catalina Rodríguez de Mendoza, Martina del Pilar Sayus, Francisco Galan, Santiago Huppi Campos, Ramiro María Pertierra Cánepa, Pedro Puente Iturralde, Juan Ignacio Casella, Facundo López Márquez, Lorenzo Schinelli, Nicolás Oliva, Simon Canessa, Francisco Escriña, Tomás Dima, Tomás Sciaroni, Lorenzo Roccatagliata, Facundo Joaquin Orue Vigliani y Santiago Andrés Serra. Los capitanes fueron Lucy Rovira, Rocío Batemarco, Facundo Reinoso, Juan Chevallier y Gregorio Trimarco.
Como ya es tradición todo terminó con un festejo en el bar de la sede donde los participantes y los capitanes disfrutaron unas pizzas y se hizo una competencia de cultura “cubanística” con entrega de premios a los más conocedores de la historia del Club. Finalmente, la música del DJ Rodrigo hizo que desde los más chiquititos hasta los capitanes (incluyendo también a algunos padres que no quisieron aceptar el paso del tiempo) se prendieran en la pista de baile al aire libre hasta bien avanzada la noche.
De esta manera se cerró un nuevo fin de semana de Olimpíadas en la Sede de Palermo, complicada por la lluvia pero que finalmente pudo tener un excelente desarrollo. Esperemos que en el 2023 se puedan organizar las 12° Olimpiadas de la sede con el mismo éxito con el que se vienen realizando todos los años.