Me atreví a escribir este artículo porque la verdad que tengo algunos puntos a destacar que nos orgullecen, tanto a mí como a todos los padres de la división de 6C y de todos los equipos que llevan la camiseta de CUBA.

Con una mirada retrospectiva, me transporto al comienzo de este camino que comenzó tiempo atrás, los días domingos acompañando de la mano a nuestras hijas que eran tan chiquitas, venían con dos colitas de caballo y hasta a veces con un osito de peluche.

Ese compromiso, esa apuesta al deporte fue creciendo haciéndose cada vez más intensa y, cabe aclarar, mucho más por mérito de las chicas que de uno, por lo menos en mi caso.

Hoy, destaco y subrayo los valores que este deporte les aporta tanto como personas como en la interacción del trabajo en equipo.

Uno de los atributos más explícitos es el estar en movimiento e ir mejorando la práctica deportiva, incrementando el conocimiento de técnicas y una mejor puesta en marcha del conocimiento a medida que van madurando. Esto es clave, el dinamismo y la organización contribuyen a fomentar las buenas costumbres y los buenos hábitos en detrimento de algunas preocupaciones que comienzan a aparecer como fantasmas en la etapa adolescente como el alcohol, el sedentarismo, etc. 

EL EQUIPO: pensar y actuar en equipo, estar en la cancha y tener conciencia del trabajo en equipo, es un valor que cada vez se acentúa más y se percibe más ya que con el paso del tiempo ellas se van afianzando como un “todo” por encima de cada una.

La capacidad organizacional algo que parece simple en su implementación cuando hay que dividir las horas de la semana entre pruebas integradoras, trabajos prácticos, entrenamiento, partidos, vida social y familiar. Ellas con sus 15/16 años han logrado la optimización del tiempo de una manera increíble y difícil de alcanzar.

El aprovechamiento del tiempo es también algo que aprenden en hockey disfrutando de cada instante y trasladándolo a otros aspectos de sus vidas.

Esta división que tiene la Letra C, lleva con mucho orgullo la camiseta y deja todo en cada partido. 

Todos los padres estamos muy agradecidos y orgullosos porque este deporte contribuye a formar a nuestras hijas a nivel deportivo y personal poniendo el acento en los valores: respeto, amistad, compañerismo, trabajo, esfuerzo, compromiso (con uno mismo, entre las compañeras, con los entrenadores y con el club), humildad, constancia, competitividad, superación y alegría.

Es muy gratificante ver como este deporte ayuda a cristalizar tan importantes valores no sólo para el hockey sino para la vida. 

Gracias, una vez más, CUBA y todo el equipo de entrenadores por apoyarnos y DARNOS tanto.

“CUBA CORAZON” 

La sexta

Desde Villa de Mayo, agradeciendo tan lindo testimonio al padre anónimo que supo expresar tan lindas vivencias y sentimientos de la 6º C, informó Bárbara Flick de Cornercorto.