La carrera consiste en 5km de nado, 250 km de pedaleo con +4000 mts de desnivel y 46 km de rural run.
Creo que a esta altura algunos me conocen en nuestro querido Club. Mi nombre es Enrique Gobbi y soy CUBANO por adopción; esposo de mi amada Picky Juliano y cuñado de La vieja y La popa Juliano (cubanos de alma y corazón). Vale la pena la aclaración ya que soy socio gracias a la insistencia de ellos y sus amigos; mi querida familia política.
Vamos al grano, hace 7 meses decidí inscribirme en una carrera de Ultra Triatlón a disputar en mi añorada Córdoba de las campanas.
Para los que no están familiarizados con el término se trata de un triatlón por etapas (3 días) con distancia y dificultad de recorrido superiores a un Ironman, se lo suele llamar “Ultraman”.
En esta ocasión elegí una distancia que me fuera cómoda y favorable en función a mi esquema de vida (familiar y laboral), que me permitiera entrenar descuidando lo menos posible la anterior.
Serían 5 km nadando, 250 km de pedaleo con +4000 mts de desnivel y 46 km de lo que se denomina "rural run" (correr, pero por senderos, calles de tierra, sobre piedras, pozos, saltar raíces, arena más un sube y baja permanente del terreno comedor de piernas)
Empecé a poner el foco en esta competencia en noviembre, y “Puffffff”, desgarro del tendón de aquiles izquierdo que no me dejó correr hasta fin de año. Ya venía con poco tiempo y con esto, menos aún.
En diciembre, hablando con mi entrenador, decidimos hacer un sistema de entrenamiento progresivo en volumen e intensidad, arrancando el 1° de enero, y durante 8 semanas, a ver si llegábamos, y después empezar a bajar intensidades hasta la carrera durante las últimas 2 semanas.
La semana 5 y 6 serían claves para saber si en realidad estaba preparado, ya que los mayores volúmenes de entrenamiento se acumulaban ahí. Lo pudimos tolerar bastante bien, lo que me dió buenas sensaciones y me motivó a seguir pensando que se podía hacer una carrera digna.
De la semana 5 en adelante, algunas carreras de por medio (entre ellas nuestro querido Desafío Catedral) seguimos con esos volúmenes sin aflojar, pero compitiendo en eventos cortos. PRIMER OBJETIVO LOGRADO.
Viajamos a Córdoba el 9 de marzo con toda mi familia, que me haría la logística, ya que es una carrera de autosuficiencia. El 10 descansamos, charla técnica de por medio y a dormir que el viernes 11 se larga a las 8.00 hs en le Club Náutico Calamuchita del dique los molinos con 5 km de nado mas 100 km de bici con +1500 de desnivel.
Llegamos, dejamos las bicis a 2 km de la zona de largada y nos fuimos al lago para comenzar la competencia.
Ritual de por medio que acostumbra esta carrera en particular (LLEGAMOS COMO DESCONOCIDOS, COMPETIMOS COMO AMIGOS Y NOS IREMOS COMO HERMANOS) en el cual se me cayó una lágrima, cosa poco habitual antes de comenzar una carrera, es decir, siempre se puede llorar al final como corolario del esfuerzo, pero como dice un amigo “estaba llorado antes de empezar”. Me meto al agua para probarla, mojar el traje y siento en la planta del pie izquierdo un pinchazo, una lata en el lecho del lago me sacó un pedazo de tejido cutáneo en la base del dedo gordo antes de arrancar. Potencialmente un problema el tercer día que había que correr. Ya está, nada que hacer, a nadar y que no se infecte.
A las 8.00 hs en punto se largó nomás, todos juntos. Mis sensaciones en el agua fueron buenas, muy agradable la natación. El lago era un espejo y sin el frío del agua experimentado hacía 6 días en el Moreno cuando corrimos nuestro amado Desafío.
Hora y media en el agua y listo, estaban los 5 km terminados, saliendo en cuarto lugar del agua en mi distancia. De ahí había que sacarse los trajes de pingüino y correr 2 km por tierra cuesta arriba para llegar al parque cerrado de las bicis al costado de la ruta 5 que bordea el dique los molinos.
Tomamos las bicis y a pedalear por la sierras. Arrancamos con un sube y baja de 14 km hasta la rotonda de Los Reartes que me permitió hidratarme y comer sólidos. De ahí directo a Villa Berna todo para arriba. Fueron 3hs 40min de rodada en los cuales nunca me sentí cómodo, pulsaciones altas, siempre por encima de 160 pulsos que para un adulto mayor es un número.
Logré remontar un puesto y terminar el día en tercer lugar de la general a 10 minutos del primero. Sinceramente estaba muy agotado y no sabía cómo iba a hacer para terminar la competencia, entraron las dudas y los temores. Pero viendo que el primero estaba a solo 10 minutos me dio la pauta que fue difícil para todos. A comer, descansar y un masaje salvador por parte de la gente del hotel que fueron fundamentales para relajar los brazos, hombros y piernas.
Mi estrategia era ir tranquilo el primer día (cosa que no fue tan así) y el segundo día apretar en la bici que considero una de mis fortalezas.
Arrancamos el segundo día a las 6.00 sin luz natural para hacer 150 km de bici con +2500 mts de desnivel y así completar los 250 km. Calculé 5hs 30min. Planifiqué correr por impresión de potencia a 190/200 vatios de promedio (variable que podemos ver si llevamos una computadora de ciclismo con nosotros). El soporte de hidratación y nutricional me lo hizo mí media naranja Picky, muy temprano a la mañana, y luego toda la familia que acompañó, estando en puntos planificados del recorrido para darme lo que necesitaba y no frenar para no perder ni un segundo. Me apegué al plan de carrera y en el Km 100 aparece calambre en el aductor izquierdo. No se iba, no se iba, hasta que agarré una bajada y pude descansar muscularmente. Se fue y pude terminar los 150 km según el plan de carrera y terminar en primer lugar la etapa. Fueron 5hs 40min y eso me dejaba primero en la general. Perooooo, cuando llego al final del circuito, FELIZ CON MI FAMILIA ESPERÁNDOME, me dicen que estaba descalificado porque no había pasado por un control. No sabía de qué me estaban hablando. Nunca estuvo claro dónde estaba el control, y los kilómetros en mi computadora me daban correctamente la distancia a recorrer. Entendiendo que fue un error compartido entre competidor y organización. Entonces decidieron con buen criterio cargar 30min a mi tiempo final para que pudiera seguir en carrera. Esto me bajaba al quinto puesto de la etapa y seguía tercero en la general a 19min del primero.
Quedaban 46 km de run en un circuito serrano agotador, y mi intención era mantener el tercer puesto y en el mejor de los casos recuperar posiciones.
Masaje, elongación, pasta, familia y a dormir temprano.
Charlamos la noche previa con Picky sobre la estrategia de hidratación y nutricional y pactamos horarios de encuentro en determinados puntos del circuito de running. Tenía que ser preciso, exacto, no me podía equivocar, ya que no quería llevar peso de más para poder correr lo más liviano posible. No quería llevar muchos alimentos conmigo.
Tenía 3 estrategias, y la mejor y menos probable era la primera (correr sin parar los 46 km, jejejeje. Hermoso, no?), cosa complicada por el cansancio acumulado y la dificultad del terreno.
Arrancamos a las 7.00 hs los gladiadores que quedábamos en pie, 1.5 km de bajada por la ruta y arrancaba el baile de la tierra y los senderos. Decidí salir detrás del primero de la general, que repito me llevaba 19min, aprovechar su esfuerzo, todo lo que pudiera ahorrar de energía se plasmaría en los últimos kilómetros en mi beneficio.
Primeros 16 km de persecución y de repente, el primero afloja! Sí, era mi oportunidad para un golpe psicológico temprano en la carrera. Pensé en todo lo que habíamos hecho para llegar hasta ese preciso momento y sacando fuerzas no sé de dónde metí un cambio más. Y sí, no me siguió, estaba cansado y jugaba con la diferencia de tiempo a su favor. Como decimos vulgarmente “LO COLGUÉ”.
Ahí empezó otra carrera, primero esquivar los fantasmas para no parar de correr, mi sensación era que sí paraba no podría arrancar nuevamente, y no me iba a dar ese lujo de caminar justo cuando estaba donde quería estar. Seguí sacando diferencia hasta el Km 28 en donde estaba mentalmente agotado por la atención extra que requería el terreno técnico y las piernas que no eran las mismas. Ahí me encuentro con una gran sorpresa, mi hijo mayor "Francisco” aparece con un cinturón de hidratación para correr y me dice “YO TE ACOMPAÑO PAPÁ”. Otra lágrima sin que se dé cuenta, se lo agradezco y me da un plus de energía para seguir corriendo. Me acompañó 10 km, se la bancó como un TITÁN; orgullo como papá en ese momento de agotamiento extremo tener ese empujón justo gracias a la sangre de tu sangre, y así me deja en el Km 38 y corro 4 más marcando 3hs 51min en la distancia de maratón. Quedaban solo 4 de los cuales 1,5 km finales eran en subida diabólica.
Corro hasta la subida, me acompaña toda la familia dándome apoyo (Picky, mis hijos Francisco, Martiniano, Benjamin, Emilia, mi hermana Carla, sus hijos y mi vieja. Sí! Mi vieja, Graciela Catalina. Fue el empujón que necesitaba para encarar la subida, en la cual me vuelven a acompañar Francisco y se suma Martiniano dándome aliento permanente. Y llegamos al final de recorrido, 4hs 17min tremebundas, desafiantes, agotadoras y dolorosas físicamente hablando. ¡Soy el primero en llegar en la 301k! Feliz, emocionado, cansado, dolorido, pero lo más importante AGRADECIDO a mi familia que me acompañó en esta locura. Lo primero que hago es abrazarme a Picky, que en gran parte de la competencia me hizo de soporte y me bancó. Recibo la medalla y a esperar qué pasaba con el resto de los competidores, necesitaba 20 min de diferencia con el segundo para llevarme el primer escalón del podio.
17min 30 seg después de mi llegada arriba mi contrincante principal, casi sin poder caminar cruza el arco y marca el chip su tiempo. 2 min y 30 seg más rápido que yo en la general. Nos abrazamos y nos felicitamos. Nada que reprocharse.
Feliz por la faena realizada en equipo terminó esta crónica personal.
Gracias familia, gracias CUBA, gracias amigos. Volvería a repetir esta experiencia? Sí! Sin ninguna duda...