La travesía empezó meses antes, cuando empezamos con el entrenamiento y la preparación del equipo. Facundo Beltrán y Santiago Cornejo, desde la Capitanía de Andinismo, estuvieron en cada detalle, pensaron en todo.
Las parejas de socios y asociadas éramos Josefina Filgueira y Agustin Cicchilli y Maria Pasman y Guillermo Ardissone. Y las invitadas Carolina Monasterio y Marina Lawson.
La previa fue clave para estar entrenada físicamente, y así subir el Día 1 hasta el Refugio Otto Meiling; cruzar al día siguiente el Glaciar Alerce para llegar bajando al Refugio Roca y al tercer día, bajar y bajar, a través de la Selva Valdiviana, por senderos atravesados por árboles y agua de deshielo, hasta el Lago Frías. Un total de 35km. aproximadamente, según la app del celular.
Nos acordábamos una y otra vez... “de cada recomendación cuando armábamos el equipo: "el vestir en capas”; “la mochila lo mas liviana posible” ; “las botas 100% impermeables”.
Cuando por la cantidad de nieve sopa, la bota se hundía en la nieve hasta la rodilla; cuando no había ramas, cañas ni tronco que pisar y no quedaba otra que meter la bota entera dentro del barro, que mas que sendero parecía un pantano constante.
Fuimos pasando de paisaje en paisaje, a medida que subíamos de la planicie con entornos abiertos a tramos totalmente cerrados rodeados de bosque. Una belleza una y otra vez! Hasta que llegó la nieve. Y a mayor subida, el frío empezó a notarse más y el viento con agua nieve y nieve también, empezó tímidamente a aparecer, a hacerse notar. Pero el equipo estaba fenómeno, para sentirlo pero no sufrirlo!
El grupo, la mejor onda! De a ratos nos dividíamos en dos; el de la delantera a ritmo más intenso y sostenido, y el de atrás a un ritmo menor, aunque siempre constante y de lo más divertido también! Algunos iban en silencio, otros conversando y conversando sin parar, intercalando comentarios de “qué belleza que es esto!", "Que increíble!", "Espectacular!!!!"
Ivan Bonacalza, nuestro guía, un genio!, cuando el cansancio parecía que nos iba a doblegar, proponía paradas, regulaba el ritmo con explicaciones, anécdotas de tantas y tantas expediciones previas.
El clima nos super acompañó, casi no tuvimos lluvias, pudimos llevar adelante la travesía tal cual estaba planeada!
Me encantó! Ya quiero volver! Quiero estar en la versión 2019 del Paso de las Nubes!